La frontera entre México y Estados Unidos se transformó en un lugar donde la vida y la muerte se entrelazaron en un homenaje solemne, en una misa binacional oficiada en honor a los migrantes que han perdido la vida en su intento de cruzar al vecino país.
El evento se realizó en la frontera de Ciudad Juárez y El Paso, con la presencia de fieles y autoridades religiosas de ambos lados de la frontera.
En el altar improvisado, a la sombra de la imponente cerca que separa los dos países, el monseñor Peter Baldacchino, obispo de la Diócesis de Las Cruces; el reverendo Mark Seitz, obispo de la Diócesis de El Paso y José Guadalupe Campos Torres, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, fueron quienes guiaron la ceremonia en ambos lados de la frontera.
El monseñor Baldacchino refirió que esta misa es un recordatorio de la humanidad compartida, una oportunidad para demostrar que, aunque las fronteras existen, también son lugares de encuentro y de unidad en la fe.
“La misa es para demostrar que la frontera no es necesariamente un confronto, sino un lugar donde uno se encuentra. Sí, cada estado tiene su derecho de soberandad, pero la fe nos muestra que no somos diferentes. Podemos ser diferentes de aspecto, pero todos somos miembros del cuerpo de Cristo”, recalcó.
Con voz pausada y un tono solemne, el obispo Baldacchino explicó la importancia de esta misa, celebrada el 9 de noviembre, aunque inspirada por el Día de los Muertos, una tradición en México que recuerda a los seres queridos que ya no están.
“Celebramos la misa por el descanso del alma de los que han perdido la vida pasando en su trayecto por la frontera. Son 2 millas de territorio donde la gente pasa y pierde la vida por razones diferentes”, indicó.
Para él, esta ceremonia no sólo honra a los migrantes fallecidos, sino que busca concientizar sobre los riesgos mortales que implica cruzar la frontera de forma irregular.
Baldacchino llamó a los migrantes a evitar los caminos peligrosos y a optar por rutas seguras, instándolos a no caer en las trampas de los cruces clandestinos que suelen terminar en tragedia.
“La recomendación es pasar por las puestas justas para no caer en la trampa. Tomar pasajes cortos, porque no saben donde encontrar agua y lamentablemente muchos fallecen en este camino”, dijo.
Un encuentro en la fe
Entre los asistentes se encontraban decenas de migrantes de diferentes partes del mundo, portando las banderas de cada país que convergen en esta región.
En ese lugar, un migrante que, al enterarse de la misa, decidió acudir en memoria de aquellos que no lograron llegar al otro lado.
Platicó que esta ceremonia religiosa fue una experiencia emotiva y reveladora: “Nunca se me había pasado por la mente que se hacían misas en honor a los caídos en el camino. Agradezco mucho de verdad lo que hacen nuestros hermanos, tanto de la parte mexicana como estadounidense”, comentó.
Este hombre, cuya travesía estuvo marcada por el miedo y la incertidumbre, explicó lo que significa para él esta misa.
Realizan misa binacional en la frontera de Ciudad Juárez y El Paso, Texas pic.twitter.com/SnVcaO5NNm
— Circuito Frontera (@Circuitofronte1) November 9, 2024
La misa se convirtió en un acto simbólico, donde los fieles entonaron los cánticos religiosos y recordaron las dificultades y peligros que enfrentan quienes buscan una vida mejor.
Para muchos, la ceremonia representó una unión entre tres estados y dos países divididos por una línea, pero unidos por las mismas esperanzas y tragedias de los migrantes.
El obispo Baldacchino enfatizó que este espacio, al ser un lugar de oración y reflexión, debe también recordar a los gobiernos y a la sociedad sobre la necesidad de crear vías legales y seguras para los migrantes.
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Al final de la misa, se realizó una bendición especial por las almas de los migrantes fallecidos, un recordatorio para que su sacrificio no sea olvidado y para que el paso entre México y Estados Unidos se convierta en un lugar seguro y de esperanza.
Para los migrantes y sus familias, la misa binacional simboliza un rayo de luz y un mensaje de que no están solos en su dolor, pues con cada oración se reafirmó el compromiso de la comunidad religiosa en la frontera para recordar a los caídos y abogar por una migración digna y segura.