El sueño americano puede convertirse en un camino seguro hacia la muerte, pues los migrantes que lo buscan se enfrentan a muchos obstáculos, como las altas temperaturas del desierto de Arizona en los Estados Unidos.
Sin comida, sin agua y caminar cientos de millas por largos días es el destino de quienes se adentran en el desierto para poder llegar a alguna ciudad. Sin embargo, en ese intento miles de extranjeros pierden la vida.
Álvaro Enciso es un activista que se dedica a colocar cruces en el desierto de Arizona, en los lugares donde se han encontrado cadáveres de migrantes, como una forma de honrarlos y recordarlos.
A la fecha ha fabricado e instalado más de mil 800 cruces, no como un símbolo o ritual religioso, sino para recordar y hacer conciencia de las muertes que día a día se registran en esta zona.
También por la razón de que, en la mayoría de casos, los restos de quienes fallecen en su intento por llegar a Estados Unidos no son reclamados por sus familiares, los cuales viven con la incertidumbre e ilusión de algún día saber que paso.

Las cruces forman parte de un proyecto denominado “Donde Mueren los Sueños” y que tienen el propósito de honrar a esas personas cuyo único objetivo era llegar a Norteamérica, para bridarle a sus familias una mejor calidad de vida.
Sin embargo, las durezas del desierto terminaron por romper una vez más con la vida de un ser humano que su único sueño era vivir mejor.
Cada cruz significa miles de historias no contadas, sueños y familias rotas, pero que lamentablemente no va a parar, pues no hay nada que pueda detener el fenómeno migratorio.
Y es que es una verdad que los migrantes salen huyendo de sus países por distintas causas, lo que se traducen en que cada año se estén incrementando las muertes en el desierto de la frontera entre México y los Estados Unidos.

El activista indicó que incluso en las cruces también se han encontrado restos humanos y huesos más pequeños, pues no sólo los adultos quieren cumplir “el sueño americano” sino también hay jóvenes y niños sin compañía que están cruzando.
Por ello, a pesar de las maneras en que estos migrantes han perdido la vida, por falta de agua, por hambre o por cansancio, una cruz de madera los honra y los recuerda para siempre.