A partir de este jueves 27 de febrero, elementos de la Guardia Nacional de Texas ahora tendrán la facultad de detener y procesar a personas migrantes indocumentadas.
Lo anterior, luego de que un grupo de 60 efectivos se sumara a los cerca de 300 soldados que ya se encuentran desplegados en el sector de El Paso, Texas y Santa Teresa, Nuevo México.
De acuerdo con información de autoridades estadounidenses, su misión será aplicar la ley bajo el Título 8, normativa que permite presentar cargos criminales contra quienes crucen ilegalmente a Estados Unidos y agilizar su deportación inmediata.

Cabe resaltar que a diferencia de su función anterior, donde sólo notificaban a la Patrulla Fronteriza sobre la presencia de migrantes, ahora tendrán la facultad de intervenir directamente y realizar arrestos.
Pese a que este cambio marca una nueva estrategia en el control migratorio de Texas, también podría vulnerar los derechos humanos de las personas en movilidad.
Cabe resaltar que al inicio de la administración del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la cual inició el pasado 20 de enero, activistas paseños manifestaron su preocupación ante las posibles deportaciones masivas y arrestos arbitrarios.
Incertidumbre y miedo
El activista Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos en El Paso, Texas, dijo en días pasados que las redadas y operativos contra migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos aumentaron de manera significativa.
Incluso alertó sobre acciones más agresivas por parte de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que han generado un clima de temor en la comunidad migrante.
El activista refirió que agentes fronterizos han sido vistos fuera de escuelas, clínicas e iglesias, llegando incluso a ingresar a templos durante misas.
Estas prácticas generaron incertidumbre en muchas familias, especialmente aquellas con estatus migratorio mixto, donde algunos miembros son ciudadanos estadounidenses y otros no cuentan con documentos.

“El miedo es tan grande que muchas personas preguntan si es seguro llevar a sus hijos a la escuela o acudir a una clínica”, señaló.
Además, advirtió sobre un patrón de detenciones en el que ICE justifica sus operativos como acciones contra el crimen, pero termina arrestando a personas sin antecedentes.
En este contexto, criticó la autorización para que la Guardia Nacional de Texas detenga migrantes en la frontera y la intención de otorgar facultades similares a agentes del Servicio de Impuestos Internos (IRS).