De sarape, cananas y sombrero, un hombre armado anda por las calles del Centro Histórico. No obstante, nadie intenta increparlo, ni siquiera la policía. El Coronel Rosendo Martínez se ha ganado a pulso el respeto y admiración de la gente, contando historias inéditas de Ciudad Juárez.
Usualmente recorre sitios emblemáticos en donde se desarrollaron pasajes históricos ya olvidados por algunos, como son La Casa de Adobe y la Presidencia Municipal Antigua; en donde a cambio de propinas y sonrisas, inició dando breves introducciones históricas a las personas.
Su creador, Antonio Ramos Solís, indica que Don Chendo le debe su nombre al historiador, Rosendo Carlos Martínez y se trata del espíritu de un coronel cuya etapa revolucionaria es de noviembre de 1910 a mayo de 1911 que murió al tercer día de la Toma de Juárez, de modo que no le tocó ver el triunfo Maderista.
Este hombre no nació en Ciudad Juárez, sino en la Sierra, pero al pasar por este lugar se enamoró de la frontera y decidió quedarse.
Nació en el desfile del 20 de noviembre del 2011, cuando Antonio reflexionó que, pese a la belleza y riqueza cultural que existe en este y otros eventos similares, la puesta en escena quedaba a deber a un revolucionario, un ente realista y cercano a lo que hubiera sido uno de estos héroes de aquel tiempo.
“Me quedaron a deber un revolucionario cuarentón, de barba larga, un tanto sucio del calzado, maltratado, dicharachero, se ven muy bonitos los jóvenes, pero me quedaron a deber un revolucionario. Yo quiero un tipo feo, mal trecho, que venga de la sierra y pensé: ‘lo voy a hacer yo”, señala.
Para el 2012, Don Chendo fue a registrarse en el desfile de la Revolución Mexicana y esa sería su primera aparición.
“Era un experimento, yo quería hacerlo por placer, pero noté las respuestas del público. Te das cuenta que entre más realista más le llegas a la gente”, refiere.
Don Chendo siempre tiene una palabra o historia para quien se le acerca, también tiene un arma que nunca usado, pero que el mismo dice que puede dar buenos cachazos para el borracho que se atreva a hacer desmanes.
En su hombro carga a la “piojosa”, el sarape con el que se cubre del frío y que -dice- le fue regalada por una mujer indigente.
Dicharachero, ocurrente, casi no sonríe y sin embargo su trato es gentil y sus historias divertidas.
La mayoría de las personas lo conocen en la Antigua Presidencia Municipal, en dónde se ofrecía a darles a los visitantes una introducción histórica al edificio y su significado.
“Además, se sucede una retroalimentación, porque la misma gente comenta lo que sus familiares o amigos les han comentado o relatado y se confirman las historias o se contradicen. Se absorbe mucho material de eso”, comenta.
Con orgullo, Antonio relata que todo lo que carga Don Chendo es regalado, desde sombreros hasta balas de verdad, aunque sólo carga cartuchos ya usados que no representan ningún peligro.
Muchos de quienes lo han visto en sus paseos por la calle han regresado después para aportarle algo al personaje, apropiándose así de él.
La pistola no tiene balas, sólo es una cubierta, un trabajo artesanal que le obsequió la familia Gallegos, autores del monumento a Juan Gabriel, en tanto que el sombrero ya le han regalado varios.
Además, carga tres llaves que representan para Antonio a sus tres historiadores base: Armando Bonifacio Chávez Montañez, primer cronista de la ciudad; Ignacio Esparza Marín y Víctor Orozco.
Actualmente, Don Chendo forma parte oficial de la Dirección de Educación Municipal y engalana eventos Históricos, apareciéndose para hablar sobre lo que la gente cuenta de aquellos años en los que la Revolución se gestó.
MÁS DE 20 AÑOS EN BUSCA DE LA HISTORIA
Antonio, alguna vez fue alumno del desaparecido maestro Guillermo Ochoa Guillermard, aunque jamás se dedicó al teatro o a la actuación. Lo suyo fue un camino que trazó el destino sin planearlo, expresa.
En algún punto, decidió trabajar junto con su padre, el desaparecido Antonio Ramos, conocido por sus cartones políticos en donde firmaba como “Ramos”.
Ramos ideó un personaje que hablaría sobre la historia de Ciudad Juárez, una iguana, a la que llamarían Rochaca.
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La Rochaca fue idea de su padre, el dibujante Antonio Ramos, quién en su tiempo, fue descubierto por una casa editora de noticias y así empezó su trabajo como “cartonero“.
“Publicamos la primera revista comic sobre la historia de la ciudad desde 1997 que se llamaba Juárez de mis Recuerdos”, explica.
La Rochaca tuvo participación en una revista que se imprimió de manera periódica por algún tiempo, pero también tuvo sus cápsulas informativas en televisión.
“Nos lleva a la radio, tuvimos un podcast, nos empezamos a empapar mucho de la historia. Nos metimos en las hemerotecas nos involucramos con gente y personajes históricos, eso hace darte cuenta que la historia de Juárez es muy importante para el país”, relata.
Padre e hijo trabajaron en diversos proyectos, como la película animada “Tierra de Revolucionarios“, la cual estuvo expuesta en el Festival Cervantino en el 2010 y en los festejos del Centenario de la Revolución en la Ciudad de México.
También escribió el libro “Leyendas con Historia en Ciudad Juárez”, el cual, desea volver a imprimir.
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Y aunque ha tenido otros personajes, como el Fray Lector, el cual fue un éxito en una Feria del Libro, nadie se ha ganado el corazón de la gente como Don Chendo.
“A mí me apasiona muchísimo y hemos notado que a la gente también, siempre vamos a defender a la ciudad y es por eso que surge este personaje”, comenta.
Actualmente Don Chendo hace recorridos históricos, acude a dar pláticas a las escuelas y está a la orden para acudir a cualquier lugar en donde se requiera que la gente recuerde la historia de esta tierra.
“La gente de Ciudad Juárez es hermosa y se merece mucho respeto, especialmente por su historia, porque todos los días la gente se levanta a sostener su historia”, expresa.