Sobre la calle José María Morelos en el Centro de Ciudad Juárez existe un local de “taquitos” que mantiene una tradición desde hace 80 años. Una joya gastronómica donde incluso comió Juan Gabriel.
En este lugar, se sirven tacos dorados. Aunque muchos juarenses se han preguntado si están rellenos de chicharrón, pollo u otra proteína.

Diana, la nieta del fundador, reveló el secreto: son tacos rellenos de frijoles o de papa frita.
Estos tacos van además acompañados con repollo, cueritos en vinagre y crema, así como de la característica y picosa salsa de chile de árbol. Así como no puede faltar una soda en botella de vidrio como parte del menú.
Diana platicó con orgullo que la receta se mantiene intacta, convirtiendo los tacos en un verdadero ícono de la gastronomía juarense.
En las instalaciones del local, tanto Diana como su primo Daniel recordaron con emoción que Juan Gabriel, el “Divo de Juárez”, visitó los “Tacos Polo”, lo cual añade aún más historia al negocio.
¿Cómo nacieron los “Tacos Polo”?
El señor Cruz fue el fundador de este lugar, quien comenzó vendiendo tacos en charolas de papel cebolla y quien se dedicaba a ir de local en local por la zona Centro ofreciendo su gastronomía.
Desde entonces, “Tacos Polo” es un lugar en donde se venden deliciosos dorados, a precios económicos y con un gran sabor.
Poco a poco, la demanda creció tanto que el señor Cruz cambió su charola por un carrito de mandado, llevando cada vez más órdenes a sus fieles clientes de la ciudad y, posteriormente, decidió a abrir un restaurante.
El primer negocio se localizaba a dos cuadras de donde se encuentra actualmente. Sin embargo, debido a que era un espacio muy pequeño, tuvieron que cambiar de ubicación.
El nombre de “Tacos Polo” se debe al hijo mayor del señor Cruz, quien continuó con el legado familiar hasta consolidar el negocio como se encuentra actualmente.
Este restaurante, digno de visitar por cualquiera que pise tierras fronterizas, actualmente es administrado por los hijos del señor Cruz, quienes han buscado conservar el sabor y tradición que ha enamorado a varias generaciones de comensales.